El Ensayo


La Ciudad inexistente

Cuando miro con la mirada de un transeúnte que recorre las calles de mi pueblo, busco

una idea de lo que veo y se me retrae la atención, como una compositora que no encuentra un frase para empezar a escribir una canción, pero debo componer una idea de lo que quiero exponer.

Voy a comenzar con interrogantes: ¿Por qué este pueblo que está ubicado en un privilegiado lugar no ha tenido un crecimiento sostenido, en tiempo, tanto en cantidad habitantes, como en espacio urbanístico?

Si al mirar al sur tenemos una ciudad como Tres Arroyos, con setenta mil habitantes y mirando hacia el norte está la ciudad de Benito Juárez con cuarenta mil habitantes y entre esa dos ciudades Gonzáles Chaves con apenas diez mil habitantes nos damos cuenta que algo pasó con nosotros.

Pero claro, es una ciudad “tranquila”, y cómo no va ser tranquila si no hay gente, si cada día que pasa se van cantidades de jóvenes. Y la ciudad queda sujeta a la idea sostenida que un pueblo puede ser pequeño y tener las bondades que te da la relación pueblerina, eso es como quedar detenido en el tiempo, es como estar parado, en un lugar tan quieto que te pueden tapar los pastos, es como la quietud muy bien observable pero, para muy pocos.

Algunos miran sin ver, la realidad es que el crecimiento de una ciudad no es siempre desde la virtud, la virtud es tan virtuosa que te hace mirar hacia ti mismo, hacia adentro, es como querer encerrar todas las buenas condiciones de la buena vida en un puño.

Los habitantes más ancianos quieren un pueblo para transitarlo ellos sin que nadie los perturbe, los más jóvenes quieren tranquilidad para que sus hijos crezcan en un lugar seguro, como si la seguridad fuera un supuesto, que se puede anticipar lo que piensa el que va delinquir.

Los adolescentes sí saben que un pueblo debe crecer, para algún día ser una ciudad verdadera, pero lo único que les queda es irse.

Los niños son felices, ¿Qué le podríamos pedir a los niños que sean “felices”?.

Esto quiere decir que este es un pueblo para ancianos y niños.

Se construirá con el tiempo, con los de edad intermedia una nueva concepción, para que nazca y florezca la ciudad y no quede en el medio de dos ciudades como paraje casi inexistente.

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Dos niñas mendocinas recibieron implantes cocleares que les permitirán desarrollar la audición

                                             
                                                                Implante coclear
 12 de febrero de 2014

Esta mañana, dos nenas recibieron los implantes cocleares que les permitirán desarrollar la audición. Ya son 55 los chicos sin cobertura social que comenzaron a oír luego de ser implantados a través del Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia del Ministerio de Salud.
 
El Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Juan Manzur, por medio del Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia, otorgó los equipos necesarios para mejorar la calidad de vida de las pequeñas. En febrero se realizaran otros dos procedimientos en la misma provincia.
 
Keila, de un año y nueve meses, y Angelina, de dos años y cinco meses, fueron diagnosticadas con hipoacusia sensorioneural profunda bilateral (en ambos oídos). A las dos se les detectó precozmente y se les realizó estimulación temprana. Sin embargo, la posibilidad de percibir sonidos dependía de recibir un implante coclear. Hoy ambas fueron sometidas a una intervención para colocarles los implantes y, una vez que esos dispositivos sean encendidos, podrán percibir sonidos, desarrollar el habla y contar con una mejor integración social.
 
Las intervenciones se realizaron en el Hospital Pediátrico “Humberto Notti” de la localidad de Guaymallén, donde las niñas realizarán la posterior rehabilitación. Mario Chiaraviglio, el médico que llevó a cabo las cirugías, comentó que “los implantes se pudieron colocar sin problemas, y si bien los resultados de las intervenciones los vamos a tener dentro de un mes, las mediciones en quirófano fueron muy buenas”. “Las mamás estaban muy emocionadas y comprometidas, es muy importante que estos niños sin cobertura de ningún tipo puedan acceder a una detección temprana y un tratamiento adecuado”, destacó.
 
La sordera es la falta de capacidad para escuchar sonidos; puede producirse por factores hereditarios, congénitos, adquiridos desde el momento del nacimiento o adquirirse a lo largo de la vida por numerosos factores causales como enfermedades infecciosas, exposición al ruido excesivo, lesiones en el oído y envejecimiento.
 
En Argentina, la hipoacusia afecta a entre 700 y 2.100 niños al año, y a través del Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia se garantiza en forma gratuita, a aquellos que no posean cobertura social, el primer par de audífonos e implantes cocleares. En tanto que la Ley de Hipoacusia prevé que la detección y el tratamiento de hipoacusia infantil sea incluido en las prestaciones de las obras sociales y entidades de medicina prepaga.
 
En el marco de este Programa, se detectaron hasta el momento 354 niños con problemas de audición, de los cuales 55 ya fueron intervenidos con implantes cocleares y 33 más aguardan su implante con fecha de cirugía ya otorgada. A su vez, 281 niños recibieron audífonos y se encuentran en tratamiento de habilitación del lenguaje. A modo de fortalecer la etapa de diagnóstico de hipoacusia, se entregarán equipos en 50 hospitales de todo el país.
 
Durante el Foro Regional para la Salud del Oído y la Audición, realizado recientemente en Colombia con la presencia de referentes de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, Argentina se constituyó como líder en la región de América Latina y el Caribe por su labor en promover esta temática como una política de salud pública.
 
 

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