El Ensayo


La Ciudad inexistente

Cuando miro con la mirada de un transeúnte que recorre las calles de mi pueblo, busco

una idea de lo que veo y se me retrae la atención, como una compositora que no encuentra un frase para empezar a escribir una canción, pero debo componer una idea de lo que quiero exponer.

Voy a comenzar con interrogantes: ¿Por qué este pueblo que está ubicado en un privilegiado lugar no ha tenido un crecimiento sostenido, en tiempo, tanto en cantidad habitantes, como en espacio urbanístico?

Si al mirar al sur tenemos una ciudad como Tres Arroyos, con setenta mil habitantes y mirando hacia el norte está la ciudad de Benito Juárez con cuarenta mil habitantes y entre esa dos ciudades Gonzáles Chaves con apenas diez mil habitantes nos damos cuenta que algo pasó con nosotros.

Pero claro, es una ciudad “tranquila”, y cómo no va ser tranquila si no hay gente, si cada día que pasa se van cantidades de jóvenes. Y la ciudad queda sujeta a la idea sostenida que un pueblo puede ser pequeño y tener las bondades que te da la relación pueblerina, eso es como quedar detenido en el tiempo, es como estar parado, en un lugar tan quieto que te pueden tapar los pastos, es como la quietud muy bien observable pero, para muy pocos.

Algunos miran sin ver, la realidad es que el crecimiento de una ciudad no es siempre desde la virtud, la virtud es tan virtuosa que te hace mirar hacia ti mismo, hacia adentro, es como querer encerrar todas las buenas condiciones de la buena vida en un puño.

Los habitantes más ancianos quieren un pueblo para transitarlo ellos sin que nadie los perturbe, los más jóvenes quieren tranquilidad para que sus hijos crezcan en un lugar seguro, como si la seguridad fuera un supuesto, que se puede anticipar lo que piensa el que va delinquir.

Los adolescentes sí saben que un pueblo debe crecer, para algún día ser una ciudad verdadera, pero lo único que les queda es irse.

Los niños son felices, ¿Qué le podríamos pedir a los niños que sean “felices”?.

Esto quiere decir que este es un pueblo para ancianos y niños.

Se construirá con el tiempo, con los de edad intermedia una nueva concepción, para que nazca y florezca la ciudad y no quede en el medio de dos ciudades como paraje casi inexistente.

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Una muestra sobre las vacaciones como política de Estado

                                       
                                                      Afiche vacaciones 
 
 16 de febrero de 2014

Con la muestra "Vacaciones para todos: el derecho al descanso", el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón, creado en 1998 en el ámbito de la Secretaría de Cultura, describe esta política de Estado que viene de la década peronista, la cual permitió el desarrollo masivo del turismo

"Desde el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón estamos pensando siempre cómo contar lo que se va investigando y las diferentes maneras de hacer una exposición", señala el curador de la muestra iniciada el viernes, Gabriel Miremont.
Cuenta que "el año pasado se presentó un libro sobre la Constitución de 1949 donde se hablaba de los derechos que aportó el peronismo. Uno de ellos es el derecho al descanso. En el 45, Perón presentó un decreto que luego se transformó en ley".

Explica el curador que "nos pareció interesante contar que las vacaciones no son sólo un anhelo sino un derecho y que tienen un respaldo legal y jurídico. Desde las distintas áreas del Instituto aportamos para conformar una exposición en la que se pueden ver fotografías, objetos, documentos, diarios, videos, incluso hay dos trajes de baño que fueron de Eva Perón".

Y continúa: "Nos pareció divertido e interesante hablar del veraneo en la ciudad, mostrar cómo se trata de un derecho de los trabajadores y una obligación de quien te contrata darte días y que sean días pagos. Uno tiene derecho al trabajo y también derecho al descanso".

Lo que hizo el peronismo, subraya Miremont, "fue protejer al trabajador en todos sus aspectos, desde lo sindical, las mejoras en los espacios laborales y también el bienestar en el período de vacaciones. No fue solamente poner una ley, fue ejecutar políticas para que se transforme en una realidad".

Entre las políticas vacacionales del peronismo, enumera, se destacan haber creado "más hoteles, más micros, más rutas, más trenes, más hospitales, más aeropuertos, incluso había un slogan que decía: usted paga el pasaje, nosotros pagamos la estadía".

"No dejarlo en un enunciado, sino llevarlo a la práctica y que sea verdadero. Uno puede ver la ropa que le entregaban a los chicos para que puedan disfrutar en la playa, por ejemplo".

Según el curador, "la muestra intenta contar a la gente que el peronismo no sólo se ocupa del trabajo sino también del descanso. Eso hace, además, que después vuelvas al trabajo mejor, porque, en definitiva, el trabajador es quien mueve a la sociedad".

"Las vacaciones son un interés del Estado, igual que el aguinaldo, las seguridad social, la jubilación, cosas que uno tiene incorporadas en la cotidianeidad -sustuvo-, pero al comienzo hubo alguien que lo pensó y un grupo de gente que trabajó por hacerlo realidad. Primero fue un decreto y después una ley".

"Mostrarle esto a la gente en un formato exposición nos parecía un poco más ágil que presentarlo a través de investigaciones que, de todas formas, el Instituto genera en diversos textos. La idea no es que solo vengan, sino que la gente vuelva", consideró.

Proximamente, contó el curador, "pensamos trabajar con todos los derechos: la educación, la salud, la seguridad, todo lo que incluye la Constitución del 49. Todo lo que venimos investigando en el Instituto, el Museo nos permite mostrarlo de una manera más rápida".

Juguetes, ropa, objetos, videos, sonidos ambiente, gráficas oficiales, pinturas y fotografías de época son algunas de las cosas que el visitante puede apreciar en la planta baja del Museo de Lafinur 2988, en una muestra que instala el imaginario de las políticas inclusivas para los trabajadores y que se podrá visitar hasta el próximo 14 de marzo.


La ciudad de Mar del Plata y la provincia de Córdoba se convirtieron en un verdadero ejemplo de esas transformaciones, llegando a triplicar la cantidad de turistas arribados entre 1940 y 1955.
 
Hoteles provinciales, hoteles sindicales, pasajes económicos, la institución de colonias de vacaciones, los planes de turismo escolar y para la ancianidad, y las estadías financiadas por la Fundación Eva Perón, o el Estado nacional y provincial bajo la consigna “Usted paga el pasaje, el gobierno el hospedaje”, fueron algunas de las medidas que hicieron de la política de turismo social una herramienta fundamental para democratizar el acceso a las vacaciones de cientos de miles de argentinos.
 
 

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