El Ensayo


La Ciudad inexistente

Cuando miro con la mirada de un transeúnte que recorre las calles de mi pueblo, busco

una idea de lo que veo y se me retrae la atención, como una compositora que no encuentra un frase para empezar a escribir una canción, pero debo componer una idea de lo que quiero exponer.

Voy a comenzar con interrogantes: ¿Por qué este pueblo que está ubicado en un privilegiado lugar no ha tenido un crecimiento sostenido, en tiempo, tanto en cantidad habitantes, como en espacio urbanístico?

Si al mirar al sur tenemos una ciudad como Tres Arroyos, con setenta mil habitantes y mirando hacia el norte está la ciudad de Benito Juárez con cuarenta mil habitantes y entre esa dos ciudades Gonzáles Chaves con apenas diez mil habitantes nos damos cuenta que algo pasó con nosotros.

Pero claro, es una ciudad “tranquila”, y cómo no va ser tranquila si no hay gente, si cada día que pasa se van cantidades de jóvenes. Y la ciudad queda sujeta a la idea sostenida que un pueblo puede ser pequeño y tener las bondades que te da la relación pueblerina, eso es como quedar detenido en el tiempo, es como estar parado, en un lugar tan quieto que te pueden tapar los pastos, es como la quietud muy bien observable pero, para muy pocos.

Algunos miran sin ver, la realidad es que el crecimiento de una ciudad no es siempre desde la virtud, la virtud es tan virtuosa que te hace mirar hacia ti mismo, hacia adentro, es como querer encerrar todas las buenas condiciones de la buena vida en un puño.

Los habitantes más ancianos quieren un pueblo para transitarlo ellos sin que nadie los perturbe, los más jóvenes quieren tranquilidad para que sus hijos crezcan en un lugar seguro, como si la seguridad fuera un supuesto, que se puede anticipar lo que piensa el que va delinquir.

Los adolescentes sí saben que un pueblo debe crecer, para algún día ser una ciudad verdadera, pero lo único que les queda es irse.

Los niños son felices, ¿Qué le podríamos pedir a los niños que sean “felices”?.

Esto quiere decir que este es un pueblo para ancianos y niños.

Se construirá con el tiempo, con los de edad intermedia una nueva concepción, para que nazca y florezca la ciudad y no quede en el medio de dos ciudades como paraje casi inexistente.

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Autoclaves para producir conservas seguras

                                              
Cada autoclave se diseña de acuerdo con los requerimientos de calidad productiva y a las características de los productos alimenticios a comercializar.

 02 de febrero de 2014
 
El INTI diseña e instala autoclaves en todo el país destinados a la esterilización de envases para alimentos de conserva. Estos equipos permiten a los productores de pequeña escala elaborar productos seguros y optimizar la utilización de mano de obra.

Un autoclave es un recipiente hermético donde se realiza la esterilización de un alimento elaborado como conserva para su comercialización. El equipo diseñado por el INTI permite minimizar costos de producción, ya que cuenta con generación interna de energía mediante un quemador, sin la necesidad de utilizar una caldera. Además, a diferencia de otros modelos, permite esterilizar envases de hojalata, vidrios y plásticos.

El INTI, a través de su Centro de Mar del Plata, ya diseñó e instaló 25 autoclaves en todo el país, al tiempo que capacitó a más de 400 personas que hoy se encuentran en condiciones de operar el equipo. Uno de los últimos equipos construidos fue instalado en Chubut, y el próximo funcionará en Tierra del Fuego.


Autoclave modelo INTI

Las funciones de los autoclaves diseñados por el INTI representan una ventaja frente a los equipos tradicionales que generalmente utilizan vapor como medio calefactor, lo que implica disponer de una caldera externa, de un equipo para el tratamiento de agua y de líneas de vapor. Además es necesario contar con personal matriculado para operar equipos a presión, que significa un requerimiento difícil de alcanzar en pequeños emprendimientos productivos.

El equipo desarrollado por el INTI es la única opción disponible en el mercado que se ajusta a pequeñas y medianas escalas productivas. Una vez fabricado, los expertos del Instituto ofrecen el servicio de puesta en marcha in situ. A su vez se encargan de determinar, en función del tipo de envase, las condiciones de proceso para lograr la esterilidad comercial y de establecer las propiedades térmicas del producto.

Como parte de la asistencia, el INTI ofrece el servicio de calibración del instrumental: manómetros, termómetros, válvulas de seguridad y registradores de temperatura. También realiza capacitaciones intensivas teórico-prácticas al personal sobre elaboración de conservas alimenticias, esterilización comercial, manejo y mantenimiento de autoclaves.

El INTI no comercializa los equipos sino que proporciona las especificaciones técnicas de su construcción o adaptación a talleres metalúrgicos especializados al tiempo que los supervisa durante su fabricación.

Los autoclaves permiten que pequeños y medianos productores de conservas puedan elaborar alimentos seguros e inocuos, incrementar sus producciones, minimizar los costos de producción y optimizar la utilización de mano de obra.

 
 

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