Aunque, según parece, todo salió de la forma en que fue planeado, no faltó suspenso en la jornada de ayer: hubo que esperar hasta después de las dos de la tarde para conocer el parte médico oficial que confirmaba que la intervención había concluido con éxito y que la paciente mostraba “una buena recuperación posoperatoria inmediata” (los rumores, siempre optimistas, habían comenzado a circular aproximadamente a la hora en la que CFK salió del quirófano). A esa hora, Scoccimarro salió al sol que caía vertical sobre el predio de Pilar para leer el escueto comunicado que lleva la firma de los responsables de la UMP, los doctores Luis Bonomo y Marcelo Ballestero: “La Unidad Médica Presidencial comunica que los doctores Pedro Saco, jefe de equipo quirúrgico, y Eduardo Schnitzler, director médico del Hospital Austral, informaron que la cirugía de la Señora Presidenta se realizó sin ningún inconveniente ni complicaciones. Asimismo, se informa que durante la intervención, que duró alrededor de tres horas y media, se le realizó una tiroidectomía total, según el plan preestablecido, presentando la paciente una buena recuperación posoperatoria inmediata. La Presidenta, que se encuentra despierta, recibirá los cuidados posoperatorios habituales en el área de internación general. Se estima que permanecerá en el hospital 72 horas. El próximo parte médico se dará a conocer mañana al mediodía”.
La presencia de la mandataria revolucionó la vida en el Hospital Austral: cuando se enteraron de que Cristina Kirchner se intervendría allí, hubo una demanda espontánea de una parte del personal que se ofreció voluntariamente para trabajar estos días en ese sector, para poder atender personalmente a la Presidenta, al punto que las autoridades tuvieron que hacer una selección para decidir quiénes ocuparán esos puestos. Además, también por decisión de la cúpula del Austral, los directivos y los médicos que participaron de la operación cenaron juntos la noche anterior y durmieron en un hotel cercano al hospital, a la manera de una concentración deportiva, para evitar cualquier inconveniente de último momento.
La intervención quirúrgica estuvo a cargo del doctor Pedro Saco, cirujano y oncólogo especialista en cabeza y cuello, jefe de servicio en el sanatorio donde fue intervenida CFK y en el Instituto Angel Roffo, dependiente de la UBA. Del equipo también formó parte Eduardo Schnitzler, director médico del Hospital Austral, que está a cargo de los “cuidados posoperatorios habituales” para estos casos. De no mediar sorpresas, la Presidenta permanecerá allí hasta el viernes o el sábado, aunque los tiempos de recuperación varían de paciente en paciente. Todavía no se sabe si una vez que reciba el alta CFK viajará directamente a El Calafate, donde completará el tratamiento, o permanecerá algunos días en Olivos, para un mejor control por parte de los médicos.
Cristina Kirchner había sido diagnosticada con “un carcinoma papilar en el lóbulo derecho de la glándula tiroides” hace menos de dos semanas, y la noticia se conoció el martes pasado. Se trata de uno de los tipos menos dañinos de cáncer y cuando es detectado de forma temprana, como sucedió, tiene un excelente pronóstico de sobrevida sin secuelas. En este caso, los estudios posteriores revelaron “la ausencia de compromiso en los ganglios linfáticos y la inexistencia de metástasis”, por lo que, salvo que la operación de ayer haya detectado alguna novedad no prevista, el pronóstico es bueno y la Presidenta podría retomar sus actividades de forma completamente normal el 24 de este mes, día que vence la licencia que pidió para afrontar el tratamiento.
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